Miguel Ángel Sandoval
El llamado a una movilización indígena popular el 23 de octubre constituye sin duda el primer paso para que Guatemala entre en una nueva era con derechos claros para los pueblos indígenas. Luego de la masacre de Totonicapán en la cumbre de Alaska, varios hechos resaltan por su vigor y su pertinencia. El primero es que la dirigencia de los 48 cantones tiene una propuesta clara, consistente, abarcadora. No se trata solo de intereses de los
Pero si lo vemos por estratos sociales, campesinos, cooperativistas, empresarios, o burócratas, tienen urgencia en una disminución de los precios de la energía eléctrica. Eso si se quiere ser mas ecuánime y mas competitivos como se estila decir. Y por supuesto, hay que amarrar las manos del monopolio privado experto en cambiar de nombres, como Unión Fenosa, Deocsa y Deorsa, Energuate, Empresa Eléctrica, y muchas más que comparten el pésimo servicio y los precios de verdadera usura.
Lo de las normales es urgente verlo con serenidad y entender que si los normalistas, principales interesados en el planteamiento de reforma no lo comparten y se movilizan, pues lo mínimo es pensar dos y tres veces antes de tomar una decisión que sea una imposición antidemocrática, autoritaria. Es la puerta segura a movilizaciones que de seguro, irán ganando en intensidad. Es solo imaginar escenarios como se puede percibir el grave riesgo que entraña la insistencia en un proyecto que se rechaza.
Lo de las reformas a la constitución me parece un tema que no merece darle más tiempo. No tienen futuro, no representan nada para el país, y tienen demasiados anticuerpos. Insistir es mostrar ceguera política, y sobre todo, desprecio por la ciudadanía que las rechaza. Ya lo dije en otros artículos, el país se moderniza con respeto por los derechos indígenas, los derechos humanos plenos, el reino de la justicia pronta y cumplida sin impunidad, la igualdad de oportunidades, etc.
Pero el dato más importante, sin duda, es el llamado a los diferentes pueblos a manifestarse el 23 de octubre con los puntos de agenda señalados y la exigencia de que se haga justicia por la masacre de Totonicapán en la cumbre de Alaska. Si no me equivoco, es la primera vez que se escucha que los Kanjobales, Chuj, Quichés, Popti, Aguacatecos, Mam, Sakapultecos, Sipakapenses, y otros pueblos, decidan manifestar con su gentilicio en primer lugar. Esto constituye una revolución profunda que no esta en cuestión, porque se trata de una emergencia histórica, con proyecto, con decisión. ¿Es el significado profundo del 13 B’ak’tum?
Ni en los mejores sueños que tuve cuando participé en la redacción del Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, pude aquilatar el impacto renovador que la movilización de pueblos indígenas iba tener en nuestro país. Creo con firmeza que desde lo más profundo de los pueblos indígenas esta llegando una nueva visión de los cambios que necesitamos como sociedad. Si altisonancia, sin discursos doctrinarios. Solo con movilización amplia, social, de pueblos, con determinación, con idea de futuro y de recuperar al menos parte de lo que les ha sido despojado. Y este hecho renovador tiene mi absoluto apoyo.
Miguel Ángel Sandoval perteneció al Ejercito Guerrillero de los Pobres (EGP), y fue miembro del equipo diplomático de la Unión Nacional Revolucionaria Guatemalteca (URNG) que negoció el Acuerdo de paz y la reinserción en la vida civil
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